revista digital
43
septiembre – diciembre 2021índice
Durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, en las estructuras de las empresas ferroviarias que incursionaron en territorio nacional se generalizaron los servicios médicos, que incluyeron: medicina general para el personal, cirugía traumatológica derivada de los accidentes ferroviarios, seguridad e higiene en el trabajo y medicina legal, entre otros. Además, al amparo de esos servicios surgió toda una reglamentación en la que se estableció su organización y las funciones que tenían asignadas los médicos, además de detallar los equipamientos básicos que debían tener estas secciones. De hecho, en 1926 la empresa Ferrocarriles Nacionales de México creó el departamento Médico, con el propósito de atender la salud de los ferrocarrileros. Este órgano se convirtió en el área reguladora de todos los servicios médicos que se ofrecían en hospitales, en los puestos quirúrgicos de socorro instalados en los talleres y lugares aislados, e incluso en los que se brindaban a domicilio. Para su funcionamiento interno se expidió el Reglamento, en el que se estipuló que la empresa brindaría, de manera gratuita, los servicios médicos a todo su personal que tuviera algún padecimiento adquirido en el trabajo, además de los tratamientos médico-quirúrgicos dentro y fuera de los hospitales; medicinas y materiales de curación quirúrgica; aparatos, miembros artificiales, bragueros, fajas abdominales, muletas, piezas dentales, etcétera; así como certificados de salud, de curación, de alta o defunción.
Por esos años, las enfermedades reconocidas fueron: saturnismo, arsenicismo, sulfocarbonismo, petrolismo y nosoconiosis, para el caso de los trabajadores expuestos a solventes químicos; 2 2 Todas estas enfermedades causadas por manejo de algún producto tóxico que se utilizaba en los talleres subluxaciones para el caso de los herreros; úlcera de estómago o duodeno para maquinistas y fogoneros; artropatías crónicas traumáticas para los conductores y garroteros; oftalmía eléctrica y estocoma para soldadores, ambos padecimientos que impedían su visión; diabetes traumática, entre otras. Incluso, el ferrocarrilero que presentara un cuadro de lepra, tuberculosis pulmonar o tracoma, que pusiera en peligro al resto del personal, debía ser separado del servicio hasta por seis meses y reincorporado siempre que presentara su certificado médico. Sólo en casos excepcionales y de emergencia se ofrecía el servicio a los agremiados con un cuadro de enfermedad venérea o contraída por vicios como el alcoholismo y uso de drogas, o bien, por lesiones debidas a riñas o disgustos personales. De hecho, el servicio médico contó con formatos de registro para cada padecimiento, además de fichas de ingreso y egreso de paciente, pases de visita, etcétera. Años más tarde, se instruyó al personal de salud para que cada trabajador tuviera un expediente único.
En otras palabras, el servicio médico de ferrocarriles tenía una estructura orgánica que funcionó, durante la década de 1930, con normativas aprobadas por el Departamento de Salubridad Pública del Gobierno federal. En ella se estableció que todos los médicos debían ser de nacionalidad mexicana, titulados por cualquier escuela oficial de la República mexicana, tener su título registrado ante la dependencia antes mencionada y una práctica mayor a los cinco años para incorporarse a cualquier hospital del sistema y ocho para el director del Hospital Colonia. 3 3 Para 1932, la empresa informó que tenía catorce hospitales, diez puestos de socorro, servicios de rayos X en los hospitales de Colonia, Saltillo, Puebla, Aguscalientes, Acámbaro y Matías Romero, y que había dotado a los coches express de camillas y a las estaciones aisladas de botiquines. Para más información ver Revista Ferronales, t. II, núm. 6, junio de 1931, pp. 18-20. Había médicos auxiliares, especialistas, internos, residentes sin cargo de hospital, locales, de puestos de socorro, de consulta a domicilio, viajeros y practicantes; cirujanos dentistas. Las categorías para las enfermeras eran: de primera, segunda, tercera y especiales.
Archivo histórico
Biblioteca especializada
En la Biblioteca especializada se localizan impresos que hacen referencia a los servicios médicos que ofreció Ferrocarriles Nacionales de México a los pasajeros que resultaron afectados por algún percance. También se cuenta con información relacionada con las distintas enfermedades y padecimientos que presentaron los trabajadores y sus familiares; sobre las prestaciones y derechos que obtuvieron, no sólo los médicos de la empresa sino los ferrocarrileros, las cuales quedaron plasmadas en los convenios y contratos colectivos de trabajo.
Asimismo, se dispone de datos relativos a algunos de los coches destinados a la atención de pacientes, sin olvidar la construcción de hospitales, creación de puestos de socorro e instalaciones, tales como: edificación de consultorios médicos, salas de espera, de traumatología, de odontología, de oncología, banco de sangre, entre otros; además de compra de aparatos y equipo. Los servicios médicos quedaron registrados en las estadísticas y reglamentaciones; sin olvidar la información relativa a las convenciones, a las jornadas o asambleas médicas; las intervenciones realizadas por algún médico y que resultaron un éxito; así como algunos de los nombres de los galenos y enfermeras que pertenecieron al sistema hospitalario de Ferrocarriles Nacionales de México en sus distintas sedes.
Fototeca
En la Fototeca del Centro de Documentación e Investigación Ferroviarias se encuentra una serie de imágenes correspondiente a los hospitales de la empresa Ferrocarriles Nacionales de México. En el Fondo FNM, en las secciones Comisión de Avalúo e Inventarios y Revista Ferronales, se localizan fotografías de al menos once hospitales que la empresa tenía instalados en diferentes centros ferroviarios, como San Luis Potosí, Piedras Negras, Guadalajara, Aguascalientes, Monterrey, Tampico, Ciudad de México, Córdoba, Matías Romero y Puebla.
Las fotografías de hospitales que se encuentran en la sección Comisión de Avalúo e Inventarios muestran sólo las fachadas de los edificios, con excepción de los hospitales de Guadalajara, donde aparece una imagen del quirófano, y Colonia, de cuyo edificio sí se realizó un registro fotográfico mucho más extenso. Las imágenes corresponden a la década de 1920, entre los años 1926 y 1930.
Para el caso de las fotos que se encuentran en la sección Revista Ferronales, las series fotográficas son muy extensas, ahí podemos encontrar los hospitales de Matías Romero, Monterrey, Puebla y el hospital de San Fernando en la Ciudad de México. La temporalidad de estas fotografías corresponde a las décadas de 1960 y 1970.
En la Colección Donaciones al Museo, también se resguardan algunas fotos de los hospitales de Monterrey, Colonia y Saltillo.
Planoteca
En la Planoteca del Centro de Documentación e Investigación Ferroviarias (CEDIF) se resguarda una sección de planos referentes a edificios de los hospitales de la empresa Ferrocarriles Nacionales de México. En esta sección existe una variedad de planos, que va desde los anteproyectos o propuestas de hospitales hasta planos de los hospitales, que a su vez hacen referencia a las áreas, mientras otros más hacen referencia a la parte arquitectónica. Por otra parte, hay planos que hacen referencia a proyectos particulares llevados a cabo en cada hospital de algunos centros ferroviarios, como lo es Aguascalientes, Ciudad de México –anteriormente nombrada Distrito Federal–, Guadalajara, Monterrey, Puebla y San Luis Potosí, sólo por mencionar algunos.
Los planos de hospitales se encuentran en la sección de Edificios; la temporalidad de los planos referentes a hospitales abarca desde finales del siglo XIX a mediados del siglo XX, con mayor precisión del año 1897 a 1940. Asimismo, existen algunos otros planos que no están fechados, pero que dan fe de la infraestructura hospitalaria. A continuación, se muestran algunas de las imágenes que se pueden encontrar en la sección mencionada del CEDIF: